Ciertas actividades, como preparar dientes, quitar empastes, coronas y puentes, o quitar placa, requieren el uso de instrumentos de alta velocidad. Sin embargo, estos instrumentos no solo facilitan el trabajo, sino que también conllevan riesgos: es necesario un enfriamiento efectivo con agua para evitar daños en el área de la pulpa-denina. En el proceso, se forman aerosoles (nieblas de pulverización). El aerosol que emerge de la boca del paciente no es homogéneo, sino que también consiste en salpicaduras de la niebla de pulverización y gotas que contienen agua refrigerante, saliva, sangre, virus y microorganismos. Esta mezcla presenta un alto riesgo de infección.